Los ángeles están con Dios, y Jesús, que es Dios, nos aseguró: “Estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Y él “ha dado órdenes a sus ángeles para que nos guarden en nuestros caminos”. Ordenes que ellos cumplen puntualmente con inmenso amor a favor de cada uno de nosotros.
Desde nuestra concepción hasta la hora de pasar a la Vida eterna, estamos acompañados por nuestros ángeles custodios, y con ellos hemos de participar de la herencia eterna, que Dios tiene preparada para quienes lo aman a él amando al prójimo. Dios, por medio de los ángeles custodios, nos ha librado, nos libra y nos librará de peligros y males sin que nos demos cuenta, ni se lo pidamos.
Seamos agradecidos a Dios y a los ángeles, viviendo con rectitud y fe en su presencia permanente, conversando con ellos, pidiéndoles y agradeciéndoles su ayuda.
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